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Grave accidente en una central hidroeléctrica en Rusia

17/08/2009 18:32h


El accidente ocurrido este lunes en la planta hidroeléctrica Sayano-Shushenskaya ha causado diez muertos, once heridos y 72 desaparecidos, informó el ingeniero jefe de esa central siberiana, Andréi Mitrofánov. "Todavía estamos esclareciendo el destino de 72 personas", dijo el directivo durante una conversación con el primer ministro ruso, Vladímir Putin, quien acudió a la sede del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia en Moscú.

Putin ordenó al viceprimer ministro, Ígor Sechin, encabezar una comisión gubernamental encargada de solventar las consecuencias de la avería y garantizar el suministro estable de electricidad a los habitantes y empresas de la región siberiana de Jakasia. Por su parte, Vasili Zubakin, presidente interino del directorio de la compañía RusHydro, que opera las plantas hidroeléctricas rusas, informó a Putin de que las reparaciones en la central averiada podrían tardar "cuatro años o más", según la agencia Interfax.

Zubakin cifró el perjuicio de RusHydro por la avería en la planta Sayano-Shushenskaya en unos 1.500 millones de rublos al mes (más de 47 millones de dólares ó 33 millones de euros). El presidente ruso, Dmitri Medvédev, instó al Gobierno a reparar cuanto antes la central y a garantizar el suministro de electricidad a la población y a las empresas industriales de la zona.

Un representante del consorcio RusAl (Aluminio Ruso) declaró que, en caso de cortes de suministro de electricidad, las compañías del grupo en Jakasia podrían producir unas 500.000 toneladas de aluminio menos de lo planeado. El accidente, que se produjo pasadas las 00.00 GMT, es el más grave de la historia de la central Sayano-Shushenskaya, la mayor hidroeléctrica de Rusia, situada en el curso del río siberiano Yeniséi y con una potencia de 6.400 megavatios.


Daños y pánico entre los habitantes
Según Vladímir Markin, jefe del comité de investigación de la Fiscalía, "debido a la explosión de un transformador de aceite se vinieron abajo el techo y las paredes de la sala de máquinas, donde se encuentran las turbinas, tras lo que ésta comenzó a llenarse de agua". Los equipos de rescate han conseguido frenar la entrada de agua en la sala de máquinas y continúa la búsqueda de los desaparecidos.

Según la administración de la central, no se observan "daños visibles en la presa", de 245 metros de altura, 1.066 metros de longitud y de 110 metros de grosor en su base. Al respecto, el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigu, aseguró que no hay peligro de destrucción de la presa e inundación de localidades situadas curso abajo.

No obstante, el accidente en la central ha causado cierto pánico en los habitantes de las localidades próximas, que temen una inundación. En cualquier caso, según las agencias rusas, las autoridades no se plantean la evacuación de la localidad de Sayanogorsk, de 60.000 habitantes, que se encuentra a unos 35 kilómetros de la central.

Shoigu declaró, asimismo, que la reparación de los daños por la avería, que dejó fuera de servicio tres de los diez generadores, puede llevar varios años. Con todo, admitió que la valoración definitiva sólo será posible después del análisis de expertos, y adelantó que "respecto a los tres generadores, los trabajos durarán meses y hasta, quizás, años". El río Yeniséi, que tiene en torno a los 4.000 kilómetros de largo, desemboca en el océano glacial Ártico y es uno de los ríos más caudalosos del planeta.


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Accidente nuclear de Fukushima I


El 11 de marzo de 2011, a las 14:46 JST (tiempo estándar de Japón (UTC+9)) se produce un terremoto de 9,0 MW, en la costa noreste de Japón. Ese día los reactores 1, 2 y 3, operaban al mismo tiempo que las unidades 4, 5 y 6 estaban sometidas a una inspección periódica.6 Cuando el terremoto fue detectado, las unidades 1, 2 y 3 se apagaron automáticamente (llamado SCRAM en reactores con agua en ebullición).7
Fallos en los sistemas de refrigeración
A causa del corte eléctrico en los sistemas de refrigeración, fue necesaria la puesta en marcha de los generadores de emergencia para poder seguir bombeando agua al núcleo, pero el posterior tsunami también dañó estos generadores diésel a las 15:41, provocando una subida de la temperatura.8 9
Liberación de gas en el reactor I
En el reactor I se detectaron altas presiones de vapor superando más de dos veces el máximo establecido. La empresa Tokyo Electric Power Company decidió liberar vapor, que contenía material radiactivo, para reducir la presión en el interior del reactor. Este vapor estalla destrozando la mitad del edificio de contención secundaria. La cámara de contención principal resiste. Posteriormente intentan enfriar el núcleo restableciendo el bombeo de refrigeración, incluso con agua de mar enriquecida con ácido bórico10 que actúa como barra de control líquida.11 La temperatura desciende y parece controlarse el problema.

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La energía eólica mata cuatro veces más que la energía nuclear


Vía Ecos del Futuro he llegado a los datos de las muertes producidas por cada una de las fuentes de energía. Véase el cuadro que acompaña el post para poner en perspectiva el debate nuclear/anti-nuclear que se ha creado a raíz del terremoto de Japón, posterior tsunami y los daños en la central de Fukishima. Para que nos hagamos una idea, la energía nuclear mata cuatro veces menos que la energía eólica.
La peligrosidad de una central nuclear es manifiesta, pero si comparamos la cantidad de energía producida por cada fuente detallada, podemos observar cómo la energía nuclear es la energía que menos muertes produce con diferencia sobre las siguientes fuentes de generación de energía. Sorprendentemente, las renovables matan a más personas que las nucleares, por lo que el pánico nuclear y “vamos a morir todos” debemos irlo desterrando si queremos abordar el tema con objetividad y plantear una solución futura al abastecimiento de fuentes de energía.

En todo el maremagnum de acontecimientos que han ocurrido en el país nipón, me llama poderosamente cómo Japón está aguantando el temporal en el suministro de energía, cómo una central nuclear que está diseñada para aguantar un seismo de grado 7,5 se mantiene en pie con un terremoto de 9 y cómo no han perdido el suministro eléctrico de manera importante y han podido mantener servicios básicos como telecomunicaciones y hospitales.
Es obvio que un problema nuclear requiere una preparación específica y que los daños que se pueden crear son muy importantes. Pero también me gustaría que alguién hiciese una simulación de lo que podría haber ocurrido en Japón si toda la energía de la costa hubiera dependido de fuentes renovables, como molinos de viento o placas solares. Estos sistemas no están preparados para terremotos o para tsunamis y cómo se hubiera afrontado entonces la prevención, evacuación y coordinación de la población frente un desastre natural como el posterior tsunami al terremoto.
Pensemos sólo en el daño que se podría haber causado por la falta de telecomunicaciones, energía en hospitales o centros de coordinación de siniestros. Escenario nada alentador tampoco, por lo que el debate sobre las fuentes de generación de energía no debe sesgarse a raíz de un siniestro natural que se produce cada 150 años. Y a pesar de la dureza de dicho sniestro, las centrales aguantan y no han reventado aún, al igual que no lo van a hacer.
El problema energético es un problema global, tanto de abastecimiento de fuentes primarias de energía, como uranio, petróleo, combustibles fósiles o energías limpias como solar o eólica, a los sistemas seguros, de abastecimiento global y que aguanten dosificación, control y situaciones extremas. Sería precioso tener un planeta con energías renovables al 100%, aprovechables y lo más seguras posibles, pero hasta que la humanidad llegue a ese punto, descartar la energía nuclear de manera radical es un grave error económico, que lastrará el crecimiento y desarrollo futuro de la población.